La actitud ante desacuerdos y
conflictos
Aunque con diferente intensidad y en
diferentes momentos, se suelen adoptar diferentes actitudes cuando nos
enfrentamos a los conflictos. Dichas actitudes se encuentran vinculadas a la
importancia de la relación con los demás y a la importancia de los objetivos.
Las cinco actitudes son las
siguientes:
a) la competición,
b) la acomodación,
c) la evasión,
d) la cooperación o colaboración,
e) el compromiso o la negociación.
b) la acomodación,
c) la evasión,
d) la cooperación o colaboración,
e) el compromiso o la negociación.
a) La competición (gano-pierdes)
Es una situación en la que conseguir
lo que yo quiero, hacer valer mis objetivos, mis metas, constituye lo más
importante. No importa que para ello tenga que pasar por encima de quien sea.
Lo importante es que yo gane (y para
ello, lo más fácil es que los demás pierdan).
Es justamente lo que ocurre en el
deporte.
Perder se traduce no únicamente en
que la otra persona no consiga sus objetivos, sino en que incluso sea
eliminada, sea destruida, borrada (en pedagogía se traduce en que la otra
persona, la que pierde, sea excluida, discriminada, expulsada, etc.).
b) La acomodación (pierdo-ganas)
Con tal de no enfrentarme a la otra
parte, no hago valer o ni siquiera planteo mis objetivos.
Este modelo de actitud ante el
conflicto se encuentra tan extendido o más que el de la competición.
A veces, se confunde el respeto o la
buena educación con el hecho de no hacer valer nuestros propios derechos,
porque nos puede provocar malestar o tensiones.
Esta actitud tiene como efecto que
nos vamos aguantando hasta que no podemos más.
c) La evasión (pierdo-pierdes)
Esta actitud se refiere a que ni los
objetivos ni la relación interesan. No se consiguen ni se cumplen ninguno de
los dos.
d) La cooperación o colaboración
(gano-ganas)
Conseguir los propios objetivos es
muy importante, pero mantener la relación también lo es.
Este modelo es al que se intenta
encaminar el proceso educativo.
Se trata, sin lugar a dudas, de que
todo el mundo gane.
e) La negociación o el compromiso
Llegar a una cooperación plena y
totalmente equilibrada es muy difícil.
Aquí se trata de que ambas partes
ganen en lo fundamental, ya que no pueden llegar al 100%.
No confundir con competición: si una
de las partes se va con la sensación de no haber ganado en lo fundamental,
entonces se ha convertido en un modelo de competición o de acomodación.
Estas actitudes no siempre son
habituales en su forma más pura. Tampoco queremos decir que existan buenas o
malas actitudes, pero sí podemos darnos cuenta de que el propio esquema nos
brinda algunas pistas para determinar qué tipo de actitud tomar, qué actitud
hemos tomado y qué podríamos esperar de retomar cualquiera de los tipos de
actitudes ante el conflicto.
Por otro lado, el esquema también
plantea algo fundamental: cuanta más importancia posean los objetivos y la relación,
más importante será aprender a cooperar; en los otros modelos se llega,
irremediablemente, a perder. (Edukanda, 2013)
FUENTE
Edukanda. (29 de septiembre de 2013). Obtenido de http://www.edukanda.es/mediatecaweb/data/zip/695/XW09_80542_00395/web/main/m2/v6_4.html
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